polideportivo, las piscinas o el campo de fútbol, la biblioteca, algunos centros escolares públicos, el matadero viejo, la plaza de Toros ahora ya propiedad de Soteasa.
Ahora, 20 años más tarde, la ciudad ha visto crecer de manera exponencial sus pertenencias, ya sea gracias a la compra o a la creación de nuevos edificios.
Entre la compra está la Casa de Don Paulino que primero fue sede del taller de empleo y escuelas taller y ahora albergará el Museo del Chocolate, el Teatro Gullón que fue por momentos una discoteca, la casa de Leopoldo Panero, cuya obra ha provocado diversa polémica o la última adquisición, la antigua fabrica de harinas La Rosario.
Estas y otras muchas, son algunas de estas nuevas propiedades que enriquecen el inventario municipal
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