miércoles, 7 de septiembre de 2011

ALBERGUE DE PEREGRINOS

Voluntarios a sus pies

Podólogos de la Universidad de Elche atienden gratis a los peregrinos del albergue de la Asociación de Amigos del Camino de Astorga.


En el albergue de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Astorga y Comarca, decenas de voluntarios están literalmente a los pies de la Ruta Jacobea. Desde hace ocho años, podólogos titulados de la Universidad Miguel Hernández de Elche, con sus respectivos tutores, atienden en el albergue aquellas dolencias de los pies a todos aquellos peregrinos que lo precisen. El servicio es gratuito y este año los profesionales se han dedicado a tratar las molestias de multitud de peregrinos.
Esta actividad es fruto de un convenio de colaboración firmado entre la asociación y la universidad, por el que cada año, en los meses de julio y agosto, se organizan grupos de hasta cuatro voluntarios, que se relevan cada semana. En algunas ocasiones han pasado por la hospedería maragata hasta 30 podólogos, que pueden llegar a atender en una semana a cerca de 200 peregrinos.
Este año, los podólogos han atendido por las tardes, en horario de 15.00 a 21.00 horas entre el 15 de julio y el 19 de agosto. A pesar de la consolidación de este servicio, una de las iniciativas más pioneras del Camino, su naturaleza ‘académica’ evita que se preste a lo largo de todo el año.
En este sentido, la labor de los voluntarios tiene una clara proyección social, puesto que permite descargar el centro de salud local de las visitas de los peregrinos para que no afecte al normal funcionamiento y a la atención a los pacientes locales. No obstante, algunos de los peregrinos terminan por ser trasladados al Hospital de León, cuando presentan complicaciones más serias.
Por otra parte, la experiencia personal suple con creces la ausencia de remuneración , explican los voluntarios, que tienen cubierta la estancia y una comida diaria, el resto de los gastos corre por su cuenta. Además los podólogos llegan a al albergue con sus propio instrumental y materiales, de forma que el albergue sólo proporciona las instalaciones.
Estos voluntarios no sólo curan dolencias como ampollas, uñas dañadas, hongos o enfermedades raras de los pies. También tratan esguinces, algunas dolencias musculares o psequeñas lesiones. Enseñan como hacer correctamente un vendaje o los trucos relativos al calzado para mantener los pies en las mejores condiciones para afrontar caminatas de más de veinte kilómetros.

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