“Los partidos políticos no son religiones, te acercas más al que crees y no hay por qué admitirlo todo”
La noticia del abandono político del alcalde de Astorga ha sido, sin duda, la más comentada desde que el pasado 28 de marzo se hiciera oficial. Juan José Alonso Perandones entró en política en 1983, es alcalde desde hace 22 años y siempre ha compaginado su trabajo en el Ayuntamiento con su labor docente, como profesor de literatura, en el IES de la ciudad. Ahora, en esta precampaña electoral se abren numerosas posibilidades y aumenta la expectación de los ciudadanos.
¿Cuáles han sido los motivos por los que ha decidido no presentarse a las próximas elecciones municipales?
Lo fundamental es ser leal con los astorganos, siempre hay que poner límite a las ambiciones y yo veo que cuatro años por delante podrían apagar mi ilusión. He trabajado como un funcionario más del ayuntamiento, aunque con mayor responsabilidad. Yo nací en Astorga, soy un chaval de San Andrés, muy limitado en todo y también en el esfuerzo personal y no respondería a los ciudadanos como debiera.
¿Cómo se gestó y desde cuándo su decisión de abandonar la política?
Antes de Navidad tenía la decisión tomada y quise respetar los plazos que la ley da. El 10 de enero se lo comuniqué a José Agustín González, muy importante en mis inicios, a la secretaria de la agrupación local del PSOE, Victorina Alonso, que me parecía la persona más adecuada como candidata, y a la secretaria de organización, Geli Rubio, y el 26 de marzo celebramos una reunión en la sede donde se consultó con los compañeros de grupo y ex concejales. Dos días más tarde, se hizo público en los medios. Entendimos que hay que renovar, que todos llevamos tiempo, no sólo el alcalde, que hay que hacer una renovación de gente en la lista. Insitieron mucho en ese arropamiento de transición que yo pueda hacer si nos corresponde gobernar.
¿En su decisión de dejar la política, han podido influir las desavenencias con la ejecutiva socialista en temas como la Vía de la Plata o tal vez el miedo a quedarse en la oposición municipal si los resultados electorales no fueran favorables?
Yo creo sinceramente que no. A mi nunca, desde que estoy de alcalde, me había pedido tanto la gente en la calle que concurriese a las próximas elecciones, porque la ciudad está un poco conmocionada y preocupada por el futuro que pueda plantearse. ¿Perder votos? Nos faltaron 14 o 20 votos para la mayoría absoluta, no pesa eso en mí. Y con el partido nunca he tenido desavenencias, me han ofrecido unas cuantas cosas y las he rechazado, jamás se ha inmiscuido en la política municipal. Los partidos no son religiones, te acercas más al que crees y no hay que admitir todo, en absoluto. Yo he tenido confrontaciones por dos temas: el CTR, en su día, y la Vía de la Plata, pero no con la ejecutiva sino con las instituciones, independientemente del partido que las gobierne. Si algo no es legítimo ni beneficioso para la ciudad, hay que denunciarlo.
¿Siempre pensó en Victorina Alonso como sucesora natural a la Alcaldía?
Yo siempre pensé en ella porque profesionalmente es muy estimada, su desinterés económico ha sido total desde que está en esta casa y conoce todo ese mundo de grandes magnitudes de las Cortes de Castilla y León. Es un caudal de experiencia política y de preparación que no veo en nadie de nuestro grupo político. Querer una ciudad es querer a sus gentes y ella sí lo ha demostrado, por eso me volcaré en la campaña.
Hablando de su gestión municipal, los adversarios políticos siempre le han atacado por no favorecer al empresariado y le critican porque sólo se ocupa de la cultura y el patrimonio, ¿qué tiene que decir?
No es verdad, creo que no he descuidado la industria. Ojalá alguien acierte más que yo, pero ahí está el polígono industrial con más de 70.000 metros cuadrados urbanizados. Precisamente la cultura es entender la necesidad de desarrollo de la ciudad en el ámbito industrial y comercial. Otra cuestión es que a mí me haya preocupado no perder el patrimonio porque es un potencial turístico y económico. Pese a la incomprensión, se que a la vuelta de unos años la ciudad lo valorará de otra manera.
¿Algún proyecto sin finalizar?
Me hubiera gustado tener más avanzado el proyecto Lyda. Tenemos la primera fase, la rehabilitación del teatro Gullón, que ya está licitada, y será una realidad gobierne quien gobierne y la segunda, el centro Lyda, está más verde por las excavaciones y el proyecto que tuvo que volver a redactarse, pero vamos a dejar resuelta una primera fase del entorno de la biblioteca a la próxima corporación.
Siempre ha defendido el cuartel militar y el campo de tiro del Teleno, ¿cree que corren peligro con el traslado del polvorín de Cuadros?
No, en absoluto. Hemos tenido la suerte de que esté el presidente actual de León. Ya en su momento, con la remodelación de los efectivos del ejército español, se querían llevar dos grupos de cañones del cuartel y les dije que si no se resolvía, me iba para mi casa. La única modificación sobre el plan de defensa fue Astorga y ahora hay más efectivos que entonces. Fue la única vez que hice una prueba de fuerza.
¿Se despedirá de la ciudad en un acto oficial?
Algo muy sencillo, será un pleno de despedida en el que voy a recordar a los astorganos lo que prometí y cuando salga, decirles que por lo menos lo he intentado cumplir. También agradecer a los compañeros, especialmente al grupo popular, su saber estar y su manera de respetar al alcalde.
¿Cuáles han sido los motivos por los que ha decidido no presentarse a las próximas elecciones municipales?
Lo fundamental es ser leal con los astorganos, siempre hay que poner límite a las ambiciones y yo veo que cuatro años por delante podrían apagar mi ilusión. He trabajado como un funcionario más del ayuntamiento, aunque con mayor responsabilidad. Yo nací en Astorga, soy un chaval de San Andrés, muy limitado en todo y también en el esfuerzo personal y no respondería a los ciudadanos como debiera.
¿Cómo se gestó y desde cuándo su decisión de abandonar la política?
Antes de Navidad tenía la decisión tomada y quise respetar los plazos que la ley da. El 10 de enero se lo comuniqué a José Agustín González, muy importante en mis inicios, a la secretaria de la agrupación local del PSOE, Victorina Alonso, que me parecía la persona más adecuada como candidata, y a la secretaria de organización, Geli Rubio, y el 26 de marzo celebramos una reunión en la sede donde se consultó con los compañeros de grupo y ex concejales. Dos días más tarde, se hizo público en los medios. Entendimos que hay que renovar, que todos llevamos tiempo, no sólo el alcalde, que hay que hacer una renovación de gente en la lista. Insitieron mucho en ese arropamiento de transición que yo pueda hacer si nos corresponde gobernar.
¿En su decisión de dejar la política, han podido influir las desavenencias con la ejecutiva socialista en temas como la Vía de la Plata o tal vez el miedo a quedarse en la oposición municipal si los resultados electorales no fueran favorables?
Yo creo sinceramente que no. A mi nunca, desde que estoy de alcalde, me había pedido tanto la gente en la calle que concurriese a las próximas elecciones, porque la ciudad está un poco conmocionada y preocupada por el futuro que pueda plantearse. ¿Perder votos? Nos faltaron 14 o 20 votos para la mayoría absoluta, no pesa eso en mí. Y con el partido nunca he tenido desavenencias, me han ofrecido unas cuantas cosas y las he rechazado, jamás se ha inmiscuido en la política municipal. Los partidos no son religiones, te acercas más al que crees y no hay que admitir todo, en absoluto. Yo he tenido confrontaciones por dos temas: el CTR, en su día, y la Vía de la Plata, pero no con la ejecutiva sino con las instituciones, independientemente del partido que las gobierne. Si algo no es legítimo ni beneficioso para la ciudad, hay que denunciarlo.
¿Siempre pensó en Victorina Alonso como sucesora natural a la Alcaldía?
Yo siempre pensé en ella porque profesionalmente es muy estimada, su desinterés económico ha sido total desde que está en esta casa y conoce todo ese mundo de grandes magnitudes de las Cortes de Castilla y León. Es un caudal de experiencia política y de preparación que no veo en nadie de nuestro grupo político. Querer una ciudad es querer a sus gentes y ella sí lo ha demostrado, por eso me volcaré en la campaña.
Hablando de su gestión municipal, los adversarios políticos siempre le han atacado por no favorecer al empresariado y le critican porque sólo se ocupa de la cultura y el patrimonio, ¿qué tiene que decir?
No es verdad, creo que no he descuidado la industria. Ojalá alguien acierte más que yo, pero ahí está el polígono industrial con más de 70.000 metros cuadrados urbanizados. Precisamente la cultura es entender la necesidad de desarrollo de la ciudad en el ámbito industrial y comercial. Otra cuestión es que a mí me haya preocupado no perder el patrimonio porque es un potencial turístico y económico. Pese a la incomprensión, se que a la vuelta de unos años la ciudad lo valorará de otra manera.
¿Algún proyecto sin finalizar?
Me hubiera gustado tener más avanzado el proyecto Lyda. Tenemos la primera fase, la rehabilitación del teatro Gullón, que ya está licitada, y será una realidad gobierne quien gobierne y la segunda, el centro Lyda, está más verde por las excavaciones y el proyecto que tuvo que volver a redactarse, pero vamos a dejar resuelta una primera fase del entorno de la biblioteca a la próxima corporación.
Siempre ha defendido el cuartel militar y el campo de tiro del Teleno, ¿cree que corren peligro con el traslado del polvorín de Cuadros?
No, en absoluto. Hemos tenido la suerte de que esté el presidente actual de León. Ya en su momento, con la remodelación de los efectivos del ejército español, se querían llevar dos grupos de cañones del cuartel y les dije que si no se resolvía, me iba para mi casa. La única modificación sobre el plan de defensa fue Astorga y ahora hay más efectivos que entonces. Fue la única vez que hice una prueba de fuerza.
¿Se despedirá de la ciudad en un acto oficial?
Algo muy sencillo, será un pleno de despedida en el que voy a recordar a los astorganos lo que prometí y cuando salga, decirles que por lo menos lo he intentado cumplir. También agradecer a los compañeros, especialmente al grupo popular, su saber estar y su manera de respetar al alcalde.
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